Últimamente cada vez está más extendida la costumbre de preparar las patatas fritas con toda la piel, pero modas y preferencias personales aparte… ¿tiene esto alguna causa lógica?
Aunque en España las patatas fritas se han consumido siempre peladas, numerosos estudios científicos recientes demuestran que quitándoles la piel eliminamos también importantes nutrientes y muchas de sus beneficiosas propiedades gracias a su alto contenido de fibra, vitaminas y minerales esenciales.
En la cadena de hamburgueserías gourmet Timesburg, con varios locales en Barcelona y uno en Madrid, preparan unas patatas fritas tan ricas y crujientes que se han convertido en uno de los grandes atractivos del restaurante. No es extraño que los clientes ensalcen sus cualidades y las califiquen entre las mejores que han probado. Estas patatas, bautizadas como “de la abuelita María Antonia”, no guardan más secreto que cortarse al momento y freírse en aceite de oliva con toda su piel.
Sí a la piel, pero con precaución

Evidentemente, las patatas fritas no son el alimento más saludable del mundo y obviamos decir que como cualquier frito, debe ser de consumo ocasional, no obstante “prepararlas con toda su piel hace que conserven la fibra y eso las hace más digestivas y también más saciantes, lo que hace que comamos menos” – nos explican en Timesburg. Además, la piel contiene vitamina C y otras del complejo B, potasio, fósforo, magnesio, hierro y zinc, por lo que ayudan a mantener el estrés a raya y a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Pero ojo cuando las prepares en casa, fíjate bien si la piel presenta marcas verdes o brotes porque eso significará que puede contener sustancias tóxicas, en este caso solanina, un químico presente de forma natural en la patata que le sirve para protegerse de las plagas, pero que si se ingiere puede provocar una intoxicación. Para eliminar la solanina basta con lavarla bien y cortarle estas partes.
Otros consejos para conseguir las mejores patatas fritas son:

1/ Para que queden crujientes, no deben ser muy gruesas, el aceite debe estar muy caliente y antes de cortarlas, debemos secarlas y eliminar su almidón en la mayor parte posible (por esto, sería ideal elegir patata nueva, que contiene menos fécula), lo cuál podemos hacer introduciéndolas entre 5-10 minutos en agua fría y ya cortadas.
2/ También es importante la elección del aceite de oliva, mucho mejor si es virgen extra, pero el que elijamos, que no tenga un sabor muy fuerte que pueda restárselo a nuestras patatas. Ni que decir tiene que una vez fritas, este aceite debe ser reducido al máximo con papel de cocina, sobre el que verteremos el montante de patatas fritas.
3/ La sal es fundamental, pero como nos ocurre con muchos otros platos, casi nunca sabemos cuando debemos echarla, si antes, durante o después. Pues bien, si queremos que queden bien crujientes, siempre después y una vez secadas de todo su aceite sobrante.